Esta vez la visita ha sido algo más rápida porque nos coincidía con el horario de misa; aún con todo ha resultado interesante y hemos podido ver, tocar y aprender el significado de algunos objetos que se guardan en la sacristía. Pero lo más emocionante ha sido subir a la torre, la escalera de caracol era bastante estrecha y la iluminación al principio resultaba escasa, lo cual le daba un aire más misterioso. La vista dese arriba es muy bonita y casi se puede ver Zaragoza capital. Aquí os dejamos unas fotos de nuestra experiencia.












